
Encontrarte con una ola monstruo , es una de las ideas más aterradores a las que se enfrentan los navegantes. También conocidas como olas asesinas, son peligrosas para todo tipo de barcos y transatlánticos. Generalmente ocurren en aguas profundas como resultado de una serie de ondas unidas. Su altura es el doble de la de otras olas de gran tamaño y el daño que crean puede ser fatal.
Hace años, la predicción de olas monstruo era casi imposible, pero los avances tecnológicos han hecho posible algunas predicciones. El seguimiento satelital de la formación y el movimiento de las olas son dos de los aspectos que se usan para pronosticarlas.
Con el pronóstico acertado, se ha podido poner en marcha las medidas cautelares y eso ha ayudado en la supervivencia de barcos y tripulaciones.

Una ola es una perturbación que mueve energía entre dos puntos. Las más familiares ocurren en el agua, pero hay muchos otros tipos, como las ondas de radio que viajan de manera invisible a través del aire. Aunque una onda que cruza el Atlántico no es lo mismo que una onda de radio, ambas funcionan de acuerdo con los mismos principios y se pueden usar las mismas ecuaciones para describirlas.
Una ola monstruo es aquella que tiene al menos el doble de la «altura de una ola significativa». Y se considera como una ola ya de por sí grande a las que superan los 10 metros. Según las mediciones basadas en satélites, son relativamente frecuentes.
La razón de la formación frecuente de olas monstruo sigue siendo un misterio para investigadores y expertos. Se han dado muchas teorías sobre la formación de estas olas, pero la más famosa es la acumulación de ondas pequeñas en una grande y gigante. Algunos ingenieros ambientales creen que, si una ola se propaga de este a oeste, la corriente se mueve al revés y provoca la formación de estas olas monstruosas.

¿Y por qué las olas monstruo exceden tanto la altura significativa de las olas? Los científicos no están completamente seguros, pero tienen algunas buenas teorías. Una posibilidad es que las corrientes oceánicas hagan que las olas se «acumulen» cuando chocan contra las corrientes de frente. Las tormentas muy fuertes pueden causar olas con alturas significativas de 12 a 15 metros. Cuando tales ondas se encuentran con una corriente fuerte, la corriente puede aumentar la altura de las olas y hacer que se rompan. Esto explicaría las olas monstruosas de 30 metros de altura o más, y explicaría el efecto de «muro de agua».
Sin embargo, no todas las olas rebeldes ocurren en fuertes corrientes oceánicas. Los científicos creen que algunas pueden ser causadas por un refuerzo de ondas que ocurre al azar. Siempre que dos olas interactúan, su altura se suma. Si una ola de 5 metros pasa sobre una de 10 metros, el resultado es una de 15 metros que ocurre brevemente. Esto se ajusta a las descripciones de olas monstruo que parecen surgir de la nada y desaparecer después de unos minutos.
Los expertos identifican como olas monstruo a aquellas que superan los 25 metros de altura. Con esos tamaños, hablamos de entes de gran potencial que, a menudo, atrapan a los barcos desde un ángulo fatal.

Aunque todavía no hay un acuerdo sobre los diferentes tipos de olas monstruo, los investigadores han llegado a algunas categorías preliminares. Así, se clasifican actualmente en tres tipos principales:
- Paredes grandes o murallas de agua. Varias paredes grandes de agua que viajan a través del océano.
- Tres hermanas. Grupos de tres olas a la vez, donde dos de ellas son olas muy grandes seguidas de una ola monstruosa.
- Muro individual o solitarias. Una única pared de agua que puede alcanzar varios pisos de altura. Son las más grandes de los tres tipos, aunque duran pocos segundos.

La mayor parte de lo que se sabe sobre las olas monstruo proviene de los relatos de los supervivientes, algunos de los cuales perdieron miembros de la tripulación y amigos en la experiencia.
Ha habido varias incidencias en las que los yates de regatas oceánicas se han encontrado con olas inusualmente fuertes. Alex Thomson y Guillermo Altadill se vieron envueltos por una monstruosa ola a unos 130 kilómetros de la costa de España en la Transat Jacques Vabre 2015. Su efecto fue tan fuerte que se produjo una vía de agua y ambos tuvieron que ser rescatados.
Otro encuentro real con una ola monstruo ocurrió en 1995 en la plataforma petrolera Draupner frente a la costa de Noruega. Soplaban vientos huracanados y olas de 12 m golpeaban la plataforma, por lo que se había ordenado a los trabajadores que entraran en casa. Nadie vio la ola, pero fue registrada por un telémetro láser y midió 26 m de valle a pico.

Durante años, las olas monstruo fueron negadas por muchas personas, consideradas como cuentos de marineros. Pero estos ejemplos, así como los hallazgos científicos, demuestran que son muy reales. Estas enormes olas que se elevan sin previo aviso y pueden destruir barcos, son los verdaderos monstruos de las profundidades.
Te dejo un video de CdeCiencia que merece mucho la pena:
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