Hay palabras que marcan una gran diferencia, en este caso la tercera persona del singular, en femenino. Los grandes marineros, hombres sin prisa y con tatuajes desteñidos por el sol, siempre la llamaron así, LA mar, no el mar, con nombre de mujer, en femenino, femíneo. Madre de buques, progenitora de oleajes, y cuidadora de pecios hundidos, felizmente olvidados, desterrados … [Leer más...] acerca deAmazonas de salitre